lunes, 20 de diciembre de 2010

LA SALUD MENTAL, UN PROBLEMA DE NUESTROS DÍAS

Marta Guerri Pons
Psicóloga
www.psicoactiva.com
La importancia de la salud mental está reconocida hace muchos años desde que apareció la definición de la OMS que dice: "Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
Vale la pena reconocer el peso que ejercen los trastornos mentales en las diez primeras causas de muerte, enfermedad y discapacidad a nivel mundial. Es bien conocido que gran parte de la población sufre alteraciones en su salud mental, presentándose un elevado número de discapacidades intelectuales, enfermos depresivos y una alta tasa de psicodependientes del alcohol y las drogas. La OMS calcula que para el 2020, la depresión mayor será la principal causa de días perdidos por discapacidad en el mundo.
Actualmente se estima que unos 450 millones de personas en todo el mundo están afectas por alguna clase de enfermedad mental, neurológica o conductual que dificulta gravemente su vida.
Todas las personas corremos riesgo de tener problemas de salud mental, puesto que a lo largo de la vida nos encontramos en situaciones que a veces nos desbordan y tenemos la sensación de que algo no funciona y necesitamos ayuda.
Se prevé que los trastornos mentales aumentarán considerablemente los próximos años. Las enfermedades mentales representan el 12,5% de todas las patologías, un porcentaje superior al del cáncer y los trastornos cardiovasculares. Es importante saber que el 22% de la población padece episodios de ansiedad y depresión en algún momento de su vida, y son estas las principales causas de incapacidad en todo el mundo y la cuarta parte de las visitas a los centros sanitarios. Se estima que sobre un 1% de la población desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida. Además, menos del 25% de los afectados es diagnosticado y tratado correctamente en los países occidentales, aunque existen tratamientos efectivos para la mayoría de trastornos, y si se utilizaran correctamente podría permitir su completa integración en la sociedad, pero todavía en la mayoría de los países hay barreras en su atención y reintegración. Finalmente cabe remarcar que el 70% de la población mundial tiene acceso a menos de un psiquiatra por 100.000 habitantes.
No tener reparos en pedir ayuda a los especialistas
Un grave inconveniente con el que nos encontramos en la mayoría de sociedades, especialmente las europeas, es que ir al psicólogo está todavía “mal visto”, se asocia a ir al “loquero”, y no se ve con buenos ojos que alguien requiera de los servicios de estos profesionales, por lo que muchos de nosotros nos negamos a ir, aunque nos encontremos mal. Además, contradictoriamente, se confía mucho más en la medicina tradicional, o sea en los psiquiatras, y nos pensamos que con las pastillas solucionaremos antes nuestros problemas, pero esto no es cierto cuando se trata de la salud mental.
Otro impedimento para ir a la consulta del psicólogo es el reparo que mostramos a explicar a un desconocido nuestros problemas más íntimos. Mostrarnos tal como somos, hablar de obsesiones, complejos, frustraciones, inseguridades o debilidades que tantos años hemos ocultado o disimulado, poner en entredicho nuestra fortaleza mental, nuestra sensatez o lucidez, y exponernos al juicio de un especialista, se convierte en un duro trance. Por eso, entre unas causas u otras, nos atrasamos demasiado en solicitar una cita con el psicólogo y lo hacemos cuando ya no podemos más y los síntomas de sufrimiento se han convertido en pesadilla. Este retraso, que puede ser de varios años e incluso décadas, puede agravar un problema que atendido a tiempo quizá se hubiera resuelto sin mayor dificultad.
El tiempo no lo arregla todo
Debemos acudir al psicólogo cuando detectamos que uno o varios problemas bloquean nuestra vida inundándola de sensaciones desagradables, impidiéndonos gozar de sus aspectos positivos o placenteros. Por aquello de creernos autosuficientes, pensamos que seremos capaces de "salir de ésta", y que lo que necesitamos es, simplemente, serenarnos y darle tiempo al tiempo.
Pedir es tan necesario como dar. No confundamos la autonomía a la hora de gestionar nuestras vidas con la negativa a solicitar la ayuda de otras personas para conducir esas acciones a buen puerto. El psicólogo no es un brujo que cura los males de nuestra psique, sino simplemente un experto en salud mental que actúa como asesor y acompañante y que intentará ayudarnos a que consigamos (siempre por nosotros mismos y desde nosotros mismos) las deseadas seguridad y estabilidad, propiciando un mejor discernimiento en la búsqueda de soluciones y potenciando nuestra autoestima.
Debemos acudir al psicólogo cuando...
• Sintamos que la tristeza, la apatía y la falta de ilusión empiezan a agobiarnos y a decirnos que nuestras vidas carecen de sentido.
• Todo a nuestro alrededor lo percibimos amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos.
• Pensamos que la desgracia se ha cebado en nosotros y comenzamos a asumir que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar.
• Estamos atenazados por miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc.. Es decir, cuando el temor o la inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de personas, animales y cosas que nos rodean.
• La obsesión por padecer graves enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas, de las que no podemos prescindir sin que su ausencia nos genere ansiedad.
• Nos sentimos "con los nervios rotos" y casi cualquier situación hace que perdamos el control y sólo sepamos responder con agresividad o con un llanto inconsolable.
• Nos damos cuenta de que fumar, beber o consumir cualquier otra droga, apostar..., se ha convertido en una adicción de la que no sabemos salir y que genera perjuicios importantes en nuestra vida o en la que de quienes nos rodean.
• El estrés empieza a mostrarse a través de sus síntomas psicosomáticos: insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares, sexuales......
• La ansiedad es una constante diaria, que impide la estabilidad y serenidad necesarias para mantener un pensamiento positivo, una conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos.

martes, 14 de diciembre de 2010

ASIEM participa en Radio Manises

ASIEM fue invitada por Radio Manises (Provincia de Valencia) para participar en una entrevista de sensibilización sobre la situación de la salud mental en nuestra ciudad. A la entrevista que fue conducida por Mónica Bello asistieron Joan Gómez y Óscar Hdez. Mañas, ambos socios de ASIEM. Si deseas contactar con nosotros o ampliar la información sobre nuestros programas y servicios de atención a la persona enferma mental y sus familiares no dudes en visitar nuestra página web o contactar con nosotros.